Enfrentar los hechos con determinación

2020/06/01

Oyasama dice:

«No cambies tu espíritu. No sueltes este hilo por nada del mundo».

  Todos pasamos por situaciones en las que los problemas y las enfermedades nos abruman hasta que terminamos dándonos por vencidos: «Ya no lo soporto».

  Nos indignamos: «¿Por qué a mí?», incriminamos a otros: «¡Es su culpa!», y en la desesperación llegamos a pensar: «Mi vida se acabó». Nos encerramos y evitamos a los demás. Nos vemos dudando incluso de nuestra propia fe.

  En momentos como esos, si recurrimos a la violencia, si guardamos rencor o nos desesperamos, nosotros mismos salimos perdiendo. Ya solo nos queda el camino que conduce hacia abajo. Y hay quienes cambian de semblante o quienes de pronto ponen un rostro de molestia. Recriminar a otros o sentir resentimiento no mejora nada. Nadie ha sido salvado sintiendo insatisfacción.

  Entonces es cuando lo mejor tal vez sea enfrentar los hechos con determinación. Lo que considerábamos un problema, que se convierta en un nuevo desafío. Si nos detenemos con todas nuestras fuerzas donde lo normal sería darlo todo por terminado, nuestro corazón podrá unirse al de Oyasama. Podemos verlo como una tarea o un examen para ver cuán buenos artistas de la vida podemos ser. Cuanto más difícil sea nuestro desafío, mayores serán los puntos otorgados. Desde esta perspectiva, una situación difícil sería una oportunidad de oro para obtener la mayor cantidad de puntos posible.

  Este es un punto de bifurcación que podría cambiar completamente nuestras vidas, ya sea que elijamos enojarnos o sentir «tanno, sincera satisfacción». El valor de este camino está en que seamos capaces de desarrollar habilidades para lidiar con las situaciones difíciles de la vida, a las cuales nos referimos como «nudos», ya que a partir de ellos pueden aparecer brotes frescos y prometedores.

  La voz cariñosa de Oyasama eternamente viva resuena en nuestro corazón diciéndonos: «No sueltes este hilo por nada del mundo». Ella, en todo momento, estará de nuestro lado.