Del nudo sale el brote

2023/09/01

Oyasama siempre alentaba a las personas que la rodeaban, incluso en medio de circunstancias difíciles, diciendo:

«Del nudo sale el brote».

En la vida, a veces las cosas no salen como deseamos, y puede que nos encontremos con momentos dolorosos en los que nos doblegamos en ese mismo lugar. Es entonces cuando nuestra verdadera naturaleza se hace evidente y llegamos a percatarnos de cuán engreídos somos en realidad, a pesar de que no sabemos mucho, o de cómo hemos mirado al prójimo por encima del hombro. De esta manera, experimentando dolores atroces y retorciéndonos en agonía, nos confrontamos con nuestras propias debilidades, astucias y vergüenzas, permitiendo que queden grabadas en nuestro corazón. Los momentos de sufrimiento nos ofrecen la oportunidad idónea para encararnos a nosotros mismos de pies a cabeza y descubrirnos a fondo. El sufrimiento es una clave para purificar el corazón.

Reconocer la debilidad de uno es una fortaleza. Una vez que nos conocemos tal y como somos, nunca más caeremos por debajo de ese nivel. La gente se arruina porque pierde de vista tanto a sí misma como a su entorno.

Es natural sentir dolor cuando se sufre. Es beneficioso experimentar el sufrimiento a fondo, ya que este representa un «tiempo oportuno para sufrir» que Dios Oyagami nos ha dispuesto. Esta experiencia no será en vano. Sin lugar a dudas, se convertirá en el fundamento que nos sostendrá en el futuro y en la fuerza motriz que nos impulsa a seguir adelante. Ya sea que nos dé nudos, nos ayude a sobrepasarlos o que salgan asombrosos brotes a partir de estos, todo forma parte del plan divino de Dios Oyagami.

En tiempos de crisis, los seres humanos revelamos una inimaginable fuerza subyacente desde nuestro interior. A pesar de nuestra fragilidad y vulnerabilidad, también somos más resistentes de lo que podríamos imaginar. No somos tan robustos como para enorgullecernos, pero tampoco tan débiles como para caer en la desesperación. Dios Oyagami nos ha otorgado la fuerza fundamental para superar las adversidades. Aunque estemos por marchitar, en realidad poseemos la vitalidad para hacer brotar nuevos retoños.

Algunas personas se enfrentan a dificultades y se deprimen por considerarlas como una carga en sus vidas. Por otro lado, hay quienes cobran ánimo con estas, percibiéndolas como «nudos» para originar nuevos brotes.

Aunque nos encontremos al borde del abismo, podremos levantarnos con toda nuestra fuerza uniendo nuestros corazones a Oyasama. Las adversidades rompen nuestros caparazones, y la sinceridad que brote en ese momento desde nuestro interior es la que dará forma a nuestro nuevo «yo».

Este es el milagro que nace en virtud de la fe.

Oyasama nos dejó su Vida Modelo en la que recorrió con ánimo y alegría, incluso en medio de los sacrificios, diciendo: «del nudo sale el brote». En los momentos más difíciles de la vida, Ella nos sostiene con firmeza y nos alienta con fuerza.

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