Conforme a la voluntad de Dios

　　Cuentan que en la región de Israel hay una antigua frase que dice: «El hombre hace planes, y Dios se ríe». Los seres humanos hacemos cálculos sobre esto y aquello, y nos esforzamos por hacer planes que nos convengan. Sin embargo, el plan de Dios es totalmente diferente. Y sonríe observando cómo nos esforzamos.

　　Por más que dediquemos todo nuestro esfuerzo en efectuar algo creyendo que es lo mejor, si no es conforme a la voluntad divina, será en vano. Dios Oyagami tiene su propia intención.

　　Más aún, si el motivo es por interés personal o por rencor, Dios se interpondrá con severidad: «¡No vayas ahí!». Sin su intervención, inevitablemente quedaríamos arruinados.
Por lo tanto, a pesar de provocarnos dolor, nos orienta para que cambiemos de dirección. Nos llama hacia un destino seguro, diciendo: «Por aquí, por aquí».

　　Dado que no podemos comprender estas señales de peligro, solemos estrellarnos con una pared e incluso llegamos a manifestar desprecio: «Dios me da miedo. Es cruel». Pero después de sufrir mucho, finalmente dejamos de resistirnos y decidimos aceptar la voluntad de Dios. Esto es porque nos damos cuenta de que no hay otra salida.

　　Tan pronto como lo hacemos, divisamos un nuevo camino entre la niebla. «¡Oyasama estaba esperando esto!». Lo que al inicio sentíamos como la frialdad de Dios Oyagami, ahora se esparce como afecto dentro de nuestro corazón. La calidez del amor de Oya, Padre-Madre, se experimenta por primera vez al determinar el corazón conforme a la voluntad de Oya.

　　Cuando el camino se divida y no sepamos qué rumbo tomar, pensemos: «¿Cuál camino alegrará a Oyasama?». A fin de cuentas, no cabe duda que siempre estaremos mejor si nos esforzamos por alegrarla.