Discurso de la Ceremonia Mensual de Marzo del Año 184 de Tenrikyo

2021年5月24日

El «Camino de Gran Esperanza» que debemos recorrer creyendo con humildad y determinación

Rvdo. Yoshihiko Yasuno

—–

  En este momento, hemos podido celebrar el Tsutome para la salvación de todo el mundo con ocasión de la Ceremonia Mensual de Marzo junto con los representantes de las iglesias que han ingresado al Santuario Principal, los fieles en los alrededores de los santuarios, así como con la gran cantidad de compañeros del camino que reverencian desde distintos lugares y países uniendo sus corazones a la ceremonia de hoy. Les expreso mi sincero agradecimiento.
  A partir de ahora dirigiré mis pensamientos en el discurso de la ceremonia. Les pido que me acompañen por unos momentos.

El camino de Gran Esperanza hacia la salvación del mundo

  El Shimbashira mencionó su sentir en el saludo de año nuevo, en primer lugar, acerca de la pandemia del coronavirus y las calamidades naturales del año pasado, y luego señaló: «Debemos de ir grabando con firmeza y humildad la Enseñanza en el corazón para poder recibir los trabajos de Dios Oyagami». Además, acerca de las circunstancias actuales que han llegado a disolver los nombres de las iglesias, nos instruyó: «En 1887, nuestros precursores manifestaron su determinación espiritual a Oyasama como “haremos como Dios Oyagami indique (La Vida de Oyasama, Capítulo X)”, deseando el establecimiento de la Sede de la Iglesia. Es importante que grabemos esta determinación espiritual, la cual sigue vigente, y procuremos esforzarnos para cumplir firmemente los deberes de cada uno».
  Asimismo, en la revista mensual de la Asociación de los Jóvenes «Taimo (Gran Esperanza)» que cerró su publicación a lo largo de cincuenta y dos años con el número de marzo de este año, el Rvdo. Daisuke expuso su ferviente sentimiento en el prefacio: «De ahora en adelante, la Asociación de los Jóvenes seguirá promoviendo sus actividades con el objetivo de que cada uno de los miembros proyectemos nuestros sueños con miras a la salvación del mundo, logremos pensar y actuar por cuenta propia, y lleguemos a ser Yoboku que tomen protagonismo en todas partes del mundo».
  Como ustedes saben, en noviembre de 1967 el Segundo Shimbashira partió para renacer repentinamente, y el Tercer Shimbashira, quien era en ese entonces el presidente de la Asociación de los Jóvenes, sucedió la Verdad del Shimbashira. En abril del siguiente año, la 44.a Asamblea General de los Jóvenes celebrada en conmemoración por el 50.o Aniversario de la Fundación de esta asociación fue la primera en la que él se hizo presente como Shimbashira, siendo al mismo tiempo presidente de la asociación.
  El Tercer Shimbashira instruyó a los miembros que el camino para crecer a partir del inesperado gran nudo de la partida para renacer del Segundo Shimbashira, la cual coincidió con el 50.o Aniversario de la Fundación, era desplegar la capacidad como Arakitoryo, Pionero del Camino, y también expresó:

Dios Oyagami (…) se reveló en este mundo para salvar a todos lo seres humanos y trabaja para protegernos día y noche. Y este camino hacia la salvación del mundo es precisamente el de la Vida Modelo que Oyasama misma recorrió, y el que nosotros debemos transitar. Es indiscutible que este es el camino de Gran Esperanza en el que desborda la grandiosa ilusión de un mundo rebosante de alegría. (Shimbashira Kunwashu [Recopilación de conferencias del Shimbashira], Tomo 28).

  Así, en sus palabras expresó a los miembros de la Asociación de los Jóvenes acerca del sentido de transitar el «camino de Gran Esperanza» con miras a la salvación del mundo entero.
  La revista «Taimo (Gran Esperanza)» empezó a publicarse en enero de 1969 como un texto para impulsar el «enriquecimiento y fortalecimiento de las actividades locales», uno de los principios primordiales en ese entonces. Yo, como uno de los miembros involucrados en esta publicación, sentí una gran alegría al poder recibir el nombre de esta revista a partir de la frase «camino de Gran Esperanza» instruida por el Shimbashira.
  La revista que culminó con el reportaje especial titulado «Tengamos en manos la Gran Esperanza» representa un capítulo en la historia que nos deja muchos aprendizajes y nos enriquece.

Aprender del camino de los precursores

  Ahora bien, actualmente, debido a la pandemia del nuevo coronavirus que continua desde el año pasado, nos hemos dado cuenta de que lo que creíamos normal hasta ahora ya no lo es. Y también dentro de nuestra comunidad, enfrentamos la situación en la que debemos promover las actividades tomando medidas para evitar el contagio, como la restricción de los asistentes a la reverencia o la cancelación de diversos cursos y eventos.
  Ademas, aunado a estas dificultades a nivel mundial, el presente de nuestra comunidad se encuentra en una circunstancia que nos obliga, debido al estancamiento en el crecimiento de la misma, a disolver y unificar la Verdad del nombre de las iglesias pese a que son el fundamento de las actividades de la fe, y a reorganizar el sistema institucional para la salvación mundial. De este modo, recordando el deseo contenido en las palabras del Tercer Shimbashira del «camino de Gran Esperanza» instruidas respecto a la inesperada partida para renacer del Segundo Shimbashira, quisiera que convirtamos nuestra presente realidad en una oportunidad para renovar la determinación de cada uno de nosotros.
  En especial, al considerar la urgencia de Dios Oyagami expresada a través del acontecimiento del Kanrodai, Pedestal del Néctar, de hace tres años y la enfermedad del Shimbashira hace dos años, deseo que logremos recibir la Providencia por la cual «del nudo sale el brote» a través de volver a aprender del camino seguido por nuestros precursores el modo pasar por este «camino de Gran Esperanza», el cual se nos enseña que vivamos «envolviendo el centro con la carne».
  Nuestros precursores, quienes acudieron ante Oyasama y recibieron la maravillosa salvación de enfermedades físicas y dificultades circunstanciales, llegaron a sentir cariño por Ella como una Diosa Viva, reverenciaron a Dios Oyagami y a Oyasama, y experimentaron días de alegría compartida entre Dios y los hombres al palpar su amor materno. Por consiguiente, en 1887, cuando escucharon la Verdad de la Vida Eterna de Oyasama, se animaron tomando este hecho como la llegada del tiempo oportuno para corresponder las providencias recibidas.
  De este modo, nuestros precursores transmitieron y propagaron el Camino de la fe bajo la orientación de Oyasama recibiendo la Verdad del Sazuke, el cual se explica como algo que Oyasama quería otorgarnos pero no podía hasta ese entonces. En consecuencia, alrededor del 10.o Aniversario de Oyasama se había recibido la Providencia por la que el número de fieles superó ampliamente el millón. Al reflexionar sobre esto, pienso que lo que se nos exige en estos momentos es realizar el Tsutome con sinceridad y administrar el Sazuke, Don Divino, con seriedad.
  Los precursores determinaron sus corazones para corresponder únicamente la voluntad de Oyasama y celebraron el Tsutome que Ella apresuraba dispuestos y con la firme resolución de «arriesgar sus vidas». Pensando en la época en que se comenzaba a abrir el Camino, las personas, a partir del único deseo de ser salvadas, entonaron repetidamente el nombre de Dios como Oyasama les había enseñado y se dedicaron a las labores creyendo incondicionalmente en Ella, recibiendo así la maravillosa Providencia. Y en el hecho de que ellos recorrieron el camino de numerosas dificultades creyendo en Oyasama y sin olvidar la alegría de haber sido salvados es donde se encuentra la imagen de las providencias recibidas. Podremos comprender esto no mediante el razonamiento, sino creyendo con humildad y experimentándolo. Este es el camino de Oyasama que el paso de nuestros precursores nos enseña.
  Lo simple es lo mejor: lo más importante es creer con humildad y determinación.

Las innumerables providencias

  Cuando anteriormente ejercía el cargo de encargado de iglesia, entre los involucrados a la misma determinamos los siguientes lemas: «Qué satisfacción, qué gratitud, cuán agradecidos estamos», como palabras clave entre los allegados a la iglesia para llevar a la práctica la sincera satisfacción; por otro lado: «Procuremos la divulgación de la fe y las labores de salvación con sinceridad», como postura hacia la sociedad. Todo esto, con la meta de alegrar a Oyasama al avanzar, cada uno de nosotros, uno o dos pasos hacia la madurez espiritual que transforme la fe que busca la salvación propia a una que desee la salvación de otros. En especial, la frase «Qué satisfacción, qué gratitud, cuán agradecidos estamos» se fijó como directriz de «un día para toda la vida» considerando que sería el fundamento de una vida basada en la fe y cada uno, dependiendo de su esfuerzo, podría llevar a la práctica el vivir cotidianamente con un corazón alegre. Es por ello que incité a todos en pronunciarla mutuamente para hacer de ella un hábito.
  Desde entonces, hemos procurado pronunciarla conscientemente en todo momento y, por supuesto, también en las oraciones dirigidas a Dios Oyagami durante las ceremonias mensuales tanto de las iglesias y casas misioneras como de los hogares que tienen consagrado un altar. No obstante, como se dice que «del dicho al hecho hay mucho trecho», yo, siendo quien empezó a sugerirlo, no pude cumplirlo por completo.
  Cierta vez, alguien me enseñó que entre más providencias recibidas enumeremos, mayor será la alegría que podamos percibir. Sin embargo, no pude alegrarme con humildad por el hecho de estar recibiendo las providencias debido a que el polvo espiritual de la arrogancia me lo impedía. Día a día, surgía espontáneamente en mí el corazón de insatisfacción. Desde que me levantaba en la mañana hasta acostarme por la noche, me encontraba rodeado de semillas de insatisfacción, las cuales surgían una tras otra al grado de quedar asombrado de mí mismo. Hubiera sido algo muy benéfico para mí si Oyasama se alegrara por los días llenos de insatisfacción, pero el camino para alegrarla se encuentra en dirección opuesta. Como Ella nos enseña a sentir alegría por los acontecimientos ocurridos diariamente, no debemos vivir quejándonos aunque sea el camino más fácil para uno mismo. Debido a que fui yo quien sugirió enunciar el lema «Qué satisfacción, qué gratitud, cuán agradecidos estamos», me esforcé diariamente en pasar los días sintiendo alegría por las providencias recibidas.
  Por ejemplo, cuando en las actividades de la iglesia no recibíamos la providencia de obtener los resultados que deseábamos, en mi mente surgían pensamientos como: «Si esa persona hubiera actuado de tal modo» o «si aquella persona hubiera prestado oídos a lo que le dije». De este modo, surgían en mí quejas e insatisfacción al culpar a los demás olvidando mis propios defectos.
  Sin embargo, al decir: «Esa persona se esfuerza por hacer todo lo posible, ¡qué satisfacción», comencé a preguntarme si es que yo había tenido suficiente consideración hacia dicha persona y brotó en mi interior un sentimiento puro de agradecimiento haciéndome pensar: «Qué gratitud, cuán agradecido estoy». Es así como logré enumerar las abundantes providencias que recibíamos, como que tal persona fue operada exitosamente a pesar del grado de dificultad de la cirugía o los problemas por los que pasaba esa familia se asentaron de manera maravillosa, así como que aquella persona por la que siempre había tenido preocupación comenzó a acudir a la iglesia.
  Si observamos nuestro entorno con un poco de atención, a través de la lectura de publicaciones como «Tenri Jiho» y «Michi no tomo», o los boletines de cada asociación o de cada iglesia, podremos contar numerosas providencias. En estos textos están contenidos diversos relatos acerca de la alegría y el agradecimiento hacia los trabajos de Oyasama y las providencias maravillosas recibidas; o bien experiencias en las cuales las personas lograron comprender de forma positiva los nudos mostrados, difíciles de asimilar con el pensamiento humano, gracias a que contemplaron la Vida Modelo de Oyasama.
  Nosotros estamos rodeados por tantas providencias que difícilmente podríamos llevar la cuenta. Y a medida que las enumeremos, definitivamente aumentará la alegría.
  Sentiremos el inmenso y cálido viento de salvación proveniente de nuestro Oya, Padre-Madre. Lograr o no avanzar atravesando miles de olas con ese viento que recibimos, dependerá de poder elevar la vela y navegar en nuestro barco en en sentido de ese viento. Cuando nuestro recorrido siga la voluntad de Oya, cuando alcemos a lo más alto nuestra vela para alcanzar el viento de la Verdad, lograremos recibir viento en popa el amor materno de Oyasama que se dedica sinceramente a la salvación, como se indica en la letra del himno de la Asociación de los Jóvenes, y podremos aprender que hay un camino seguro en cualquier situación a nuestro alrededor.
  Lo simple es lo mejor: lo importante es la humildad.

Creer con determinación como seguidores del Camino

  Nuestras iglesias son lugares de salvación, y aquellos que la visitan buscan ser salvados. Personas que creían que no había desaciertos en su estilo de vida se ven estancados por una enfermedad o un problema circunstancial, y tocan la puerta del lugar de salvación llamado «iglesia» buscando la guía a la salvación en nuestro modo de vida como creyentes del Camino.
  Por lo tanto, si lo que ven y escuchan en la iglesia no difiere en nada del sentido común y las ideas generalizadas de la sociedad, no habrá modo de que sus problemas se resuelvan. Considero que las personas abren su corazón y se ilumina la oscuridad que llevan dentro cuando llegan a creer desde el fondo del corazón en la existencia de Dios Oyagami y la Verdad de la vida eterna de Oyasama, difíciles de comprender para el pensamiento humano, y viven día a día con dedicación sincera a Dios Oyagami y Oyasama. Esto muestra la importancia de nuestro día a día.
  En mi opinión, creo que como seguidores del Camino es natural que se genere en nosotros un gran interés por saber si el Sazuke tuvo efecto o no, o si recibimos o no la Providencia a través del Tsutome. Pero aquellos que no creen en Dios Oyagami ni en los trabajos de Oyasama eternamente viva, puede que interpreten como mero curanderismo lo mostrado mediante la administración del Sazuke o los acontecimientos que se manifiestan al realizar el Tsutome. No obstante, nosotros podemos reflexionar acerca de nuestro propio trayecto a través de lo que se nos muestra. Pienso que en esto se debe basar nuestra fe.
  Lo simple es lo mejor: lo importante es creer con determinación.

El Sazuke, un «tesoro por toda la vida y por todas las generaciones»

  La Verdad del Sazuke, Don Divino, se puede recibir al asistir y completar las Sesiones del Besseki. Y en las Sesiones Complementarias del Kariseki se instruye acerca de la «verdad del mérito» que es concedida al corazón sincero que desea salvar a otros.
  El Sazuke se administra a las personas que sufren por enfermedades y no se puede administrar a uno mismo. Se nos enseña que el Sazuke es la «verdad del mérito» por la que Oyasama trabaja correspondiendo a la auténtica sinceridad que desea la salvación del prójimo.
  Asimismo, el Sazuke es el recurso para recorrer el Camino. Quiere decir que es el sustento diario para que aquellos que han recibido el Sazuke puedan avanzar sobre el Camino. Dicho de otro modo, es el «alimento de la Verdad». Si no nos alimentamos, inevitablemente el cuerpo se debilitará. De igual manera, si no hacemos uso del alimento de la Verdad que se nos concede como recurso, nuestra fuerza, hablando en términos de la Verdad, se debilitará.
  Además, el Sazuke es un «tesoro por toda la vida y por todas las generaciones». Se nos enseña que la vida no se limita a la presente. Nuestra vida continuará por el resto de las generaciones renaciendo una y otra vez. Lo que me es mostrado en la vida presente es fruto de mi vida pasada o antepasada, y los pasos que dé en esta vida marcarán el rumbo de mis vidas futuras. Se nos enseña que la Verdad del Sazuke se concede a la auténtica sinceridad que desea la salvación de otros, y vivir administrando esta Verdad se convertirá en el tesoro por todas las generaciones.
  Dando lectura al Osashizu, Indicaciones Divinas, he notado que numerosas indicaciones instruyen sobre la palabra «por todas las generaciones». Y muchas de ellas fueron dadas como explicación a consultas sobre personas enfermas.
  Respecto al sufrimiento por enfermedades, en términos generales, Dios Oyagami instruye que los seres humanos sienten incertidumbre porque piensan que la vida es por una sola generación, por lo tanto, indica considerar acerca de renacer una y otra vez; que la Verdad dedicada la acepta como Verdad por todas las generaciones futuras; que no debemos sentir insatisfacción preguntándonos por qué debemos sufrir enfermedades aun teniendo fe; que tener sincera satisfacción (Tanno) incluso en medio de las dificultades resultará en la autorreflexión de las vidas anteriores, y que no hay padres que deseen hacer sufrir y fastidiar a sus hijos. Además, nos enseña que no hay nada que supere la Verdad de la contribución y la Verdad de la dedicación, las cuales son el medio para cambiar el Innen, Causalidad.
  En Osashizu, Indicaciones Divinas, se explica:

Dicen: «Yo, yo… para este camino», pero todo es el camino de Dios. Porque Dios trabaja, el camino progresa a diario. (Osashizu del 7 de octubre de 1895)

  O también:

Trabajaré según vuestro espíritu determinado. Sólo con el espíritu sincero, uno podrá demostrar la fuerza por sí solo hacia miles de personas. Yo, Dios, trabajaré según vuestro corazón sincero. Sólo si determináis firmemente vuestro corazón, Yo, Dios, trabajaré libre e ilimitadamente de acuerdo con vuestro corazón. (Osashizu del 2 de octubre de 1898)

  Son Dios Oyagami y Oyasama quienes trabajan. Nuestro espíritu es fundamental para que nos concedan sus trabajos y, en virtud de ese espíritu, nos prometen mostrar la fuerza de un individuo hacia miles de personas.
  Quisiera que todos grabemos firmemente en nuestro corazón las palabras que el Shimbashira nos instruye. Además, deseo que día a día realicemos las labores que se nos otorgan recibiendo en abundancia la Verdad del Oya, Padre-Madre, y envolviendo el centro con carne para reflejar al mundo la alegría del Yokigurashi, Vida Plena de Alegría y Felicidad.
  Lo simple es lo mejor. Recibir la Providencia que transforme al mundo resultará de nuestra puesta en acción. En este momento oportuno, les pido que avancemos mutuamente con alegría y motivación siguiendo la enseñanza de Dios Oyagami.
  Muchas gracias por su atención.