Entrevista con el Director General de Asuntos Administrativos de Tenrikyo, Rvdo. Zensuke Nakata (2 de abril del año 183 de Tenrikyo)

2020年9月17日

¿Cómo percibe la situación actual de la pandemia del coronavirus?

  Antes que nada, quisiera expresar mis más profundas condolencias por las personas que han fallecido por covid-19 y, al mismo tiempo, mi sincero agradecimiento al personal médico y a todas las personas relacionadas que actualmente se vienen esforzando en la primera línea de la lucha contra el coronavirus.
Creo que nadie podía prever que el coronavirus se extendería por todo el mundo en tan corto tiempo ni que nos pondría en las circunstancias actuales. El mundo entero vive momentos de angustia y preocupación sin saber cuándo podría verse afectado directamente nuestro entorno ni qué es lo que se debería hacer en un escenario como este. Hoy estamos en una situación en la que no somos capaces de hacer frente a este imprevisto.

  Además, el temor y la ansiedad hacia la propagación de la pandemia ha desencadenado caos político, económico, educativo y cultural, trayendo consigo el grave problema que significa que las personas se vean desconectadas en todos los sentidos debido a la cancelación de actividades, el autoaislamiento y otros. Incluso, aunque la pandemia llegue a su fin, esto no quiere decir que sus consecuencias en la sociedad dejarán de sentirse de inmediato. Más bien, se cree que estas se convertirán en nuevos problemas que ejercerán una presión a la sociedad de todo el mundo. Y hay muchas probabilidades de que esta situación incluso vaya empeorando.

  Sin embargo, al comienzo del brote, nació la tendencia de unir fuerzas a nivel mundial para poder superar esta situación. Creo que esto no debe pasar desapercibido. Sin embargo, actualmente siento que, al convertirse en una pandemia y al irse agravando la situación de cada país, este esfuerzo conjunto se ha venido debilitando.

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¿Puede decirnos lo que piensa acerca de esta situación?

  Estamos siendo testigos de diversos acontecimientos, ya sea a nivel mundial, nacional o en nuestro entorno. Pero aunque la situación varía, debemos tener presente que en cada una de ellas está contenida la voluntad de Dios Oyagami. Quienes seguimos este Camino no debemos permanecer viendo simplemente cómo ocurren las cosas. Debemos superar este nudo respondiendo a cada situación con flexibilidad y, para poder obtener la providencia de los brotes a partir del nudo, es importante que reflexionemos profundamente.

  A lo largo de la historia, tanto en Japón como en todo el mundo, hemos vivido distintas epidemias que han generado temor y ansiedad. Dentro de ese contexto, muchas personas se dedicaban a la salvación directamente con los enfermos, pero en la actualidad no se nos permite realizarla de esta manera. Es necesario entonces que pensemos en la manera de realizar la salvación separando estrictamente el presente del pasado.

  No obstante, no debemos olvidar que existe un camino para poder recibir la providencia de Dios, por lo que tenemos que analizar con seriedad qué es lo que debemos hacer para seguirlo. Esto es igual tanto ahora como en el pasado. En este caso, creo que se espera que reflexionemos y encontremos lo que podamos hacer en medio de la situación actual del coronavirus. Debemos hacer un acercamiento adecuado a la actualidad y evitar pensar inútilmente de la misma manera en que lo hemos venido haciendo en el pasado.

  Asimismo, si buscamos la voluntad divina en los Textos Originales, podremos encontrar, por ejemplo, el siguiente verso:

    El mundo está diciendo que es el cólera,
    pero es Tsukihi que os avisa de su pesar.
                    (Ofudesaki, XIV, 22)

  El «cólera» es una epidemia que se extendió en Japón por el año 1879. Si vemos solo este verso, es probable que tendamos a estrechar nuestro campo de visión. Pero si vemos los demás versos relacionados con este, podremos entender que el «pesar» de Dios Oyagami proviene de su amor paterno-materno que desea impacientemente hacer que los seres humanos, quienes solamente acumulan polvo en el corazón, alcancen pronto el Yokigurashi, Vida Plena de Alegría y Felicidad. De esta manera, es indispensable que tengamos la postura de profundizar la voluntad de Dios Oyagami después de haber comprendido también el contenido de los versos indicados alrededor de este.

  Otro punto importante es que, quienes tenemos la fe de este Camino, pongamos atención en nosotros mismos y pensemos en lo que debemos hacer ahora. Si bien es cierto que nosotros no somos especialistas como médicos, políticos o economistas, creo que es necesario que nos esforcemos, como seguidores del Camino y miembros activos de este mundo, en pensar con seriedad sobre lo que debemos hacer.

    Versos del Ofudesaki escritos en 1879:

    Cualquier cosa que Yo haga en el cuerpo,
    no es una enfermedad sino el cuidado de Tsukihi.

    El mundo está diciendo que es el cólera,
    pero es Tsukihi que os avisa de su pesar.

    En todas partes del mundo, ocurre lo mismo a toda la gente,
    tan sólo que tiene el corazón desanimado.

    En adelante, cambiad firmemente el corazón
    y convertidlo en un corazón lleno de alegría.

    El que Tsukihi haya empezado a los seres humanos
    es por el deseo de verlos llevar una vida llena de alegría.

    Puesto que el mundo no sabe esta verdad,
    lo único que hace es caer más y más en el desánimo.

    Tsukihi os desea a todos la plenitud de alegría.
    Si alguien se atreve a interrumpirlo, aumentará enormemente el pesar.

    Os pido por favor, que comprendáis claramente estas palabras
    y que reflexionéis pronto.
                    (Ofudesaki, XIV, 21 a 28)

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Concretamente, ¿qué podemos entender de todo esto?

  Primero debemos ser conscientes de que actualmente nos encontramos en medio de esta dificultad, y que el temor y la ansiedad por saber qué pasará de aquí en adelante se irán extendiendo alrededor del mundo. Y no es necesario precisar que, dentro de esta situación, lo que cada uno de nosotros debe hacer es pedirle con seriedad a Dios Oyagami, es decir, antes que nada debemos orar. Cada uno debe dedicarse con esmero de la manera que pueda, de la manera en que la situación social actual se lo permita.

  Dentro de la historia de este Camino han habido varios casos en los que el gobierno ha impuesto límites a nuestra enseñanza, ya sea a través del Estatuto Secreto o la Política de Reforma. Sin embargo, en la actualidad no se nos impide realizar el Tsutome ni es necesario cambiar su forma para poder celebrarlo. Creo que debemos sentir gratitud y alegría por esto.

  Como nosotros conocemos el medio para poder pedir por la salvación, creo que lo primero que debemos hacer es pedir a Dios, sin aferrarnos a las formas, ya sea desde nuestro hogar o yendo a la iglesia en la medida que nos sea permitido.

  En segundo lugar, debemos estar seguros de que todos los sucesos que se nos muestran en la sociedad los lleva a cabo Dios Oyagami, y que estos se basan en su amor paterno-materno por el cual nos orienta hacia el Yokigurashi. En cuanto a los acontecimientos que aparecen, aunque sean imágenes que causen intranquilidad, nosotros debemos darnos cuenta, y no olvidar, que allí se encuentra sin falta el amor del Padre-Madre. Si nos preguntan qué tipo de amor paterno-materno es, puede que no sea sencillo responder, pero debemos creer que sin duda existe ese amor. Los padres por ningún motivo muestran a sus hijos cosas que no podrán superar. Por eso, lo más importante es tener la firme convicción de que los seres humanos tenemos, sin falta, la fuerza necesaria para superar esta dificultad.

  En medio de la incertidumbre que nos hace dudar de los demás y en esta situación que nos distancia y nos mantiene aislados, creo que existe la tendencia de culpar a otros por lo que ya pasó, preguntándonos por qué se llegó a esta situación o recriminando que estamos como estamos porque no se hizo esto o aquello. No obstante, la situación va cambiando a un ritmo abrumador, por lo que, en lugar de mirar hacia atrás, debemos esforzarnos por encontrar el lado positivo del futuro. De no hacerlo, difícilmente podremos desplegar suficientemente la fuerza necesaria para superar esta dificultad.

  Hay unas palabras del Segundo Shimbashira que quisiera presentar, las cuales fueron dirigidas en el 9.o Cursillo Doctrinal de marzo de 1940, cuando Japón se encontraba en pie de guerra y las enseñanzas de Tenrikyo estaban fuertemente limitadas debido a la llamada Política de Reforma:

  «Como es de su conocimiento, este es un gran nudo tanto para el mundo como para el Camino. Pero no es el momento de culpar a otros por este gran nudo. Debemos ser conscientes de que nosotros mismos nos encontramos dentro de este nudo y que pasamos por él, y quisiera que piensen en la manera en que podremos atravesar este nudo, en lugar de criticar a los demás. Quisiera que dejen de lado la teoría y se pongan en acción. Podría decirse que criticar el nudo estando en medio de él es un lujo que no podemos darnos. En esta oportunidad les pido que dejen de lado el sentimiento de quien no es partícipe de este problema».

  Estas son palabras acerca de un «problema mundial» como es la guerra. En medio de ella, no se puede estar culpando a otros diciendo quién está mal o qué la originó. Se nos instruye que pensemos en la manera de superar dicho gran nudo con una actitud proactiva y que llevemos a la práctica lo que esté dentro de nuestras posibilidades.

  Viéndolo desde este punto, creo que alentarnos mutuamente también es algo importante que podemos hacer. Dentro de nuestra vida cotidiana, emitir de manera consciente las palabras: «A pesar de todas las preocupaciones, los seres humanos tenemos la fuerza para superarlas. Voy a esforzarme». Puede que nos califiquen de demasiado optimistas, pero, como mencioné hace unos momentos, los seguidores de este Camino podemos entender que se nos está mostrando un presagio de que el mundo se unirá espiritualmente a través de este gran nudo. Debemos prestar atención a lo que las enseñanzas de Oyasama buscan de nosotros y hacer que el ideal de la realización del mundo de Yokigurashi se convierta en nuestra propia convicción. Teniendo esto como fuerza motriz para superar este gran nudo, nosotros podremos dar aliento a la sociedad teniendo un corazón animado que diga: «¡Voy a esforzarme por mi ideal!». Y más aún, creo que nuestro deber es dar aliento. Por eso, creyendo en el amor de Dios Oyagami y teniendo un firme propósito, debemos hacer llegar la voz que diga: «¡Saquemos ánimos para poder superar esta dificultad!». Creo que este es un acto concreto que cada uno de los Yoboku podemos hacer.

  Un punto adicional. Tenemos que reflexionar nuevamente acerca de nuestra propia fe, así como sobre nuestro estilo de vida y nuestra forma de pensar. Si nos dicen que no es momento de estar haciendo esas cosas, tal vez tengan razón. Pero los seres humanos tendemos a olvidar las dificultades y la gratitud una vez que pasan de largo. Ahora que se nos pide que evitemos salir de casa, tal vez tengamos tiempo. Creo que es importante que reflexionemos sobre la actitud en cuanto a la fe que hemos seguido hasta ahora aprovechando este tiempo que se nos concede.

  Hoy en día, estamos en una situación en la que, tanto iglesias como Yoboku y fieles, nos vemos imposibilitados de realizar actividades. Sin embargo, si tomamos esto como una interrogante que nos hace Dios Oyagami acerca de la forma de ser de las actividades de la iglesia, podremos comprender que se nos insta a que cada uno de los que formamos parte de ella reflexionemos firmemente sobre nosotros mismos. Un precursor de la fe dijo en una oportunidad: «Aunque celebremos el Tsutome reuniendo el número necesario de personas, si el corazón de cada uno de ellos no se purifica, no se alcanzará la Verdad para ser salvados». Por lo tanto, debemos purificar primero el corazón y llevar una vida acorde para ser salvados. Esto creo que es algo que podemos hacer ahora que nos encontramos en esta situación. Debemos hacer que Dios Oyagami se anime.

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¿Podría explicarnos lo que piensa desde el punto de vista de la «ayuda mutua»?

  El que se esté incrementando la velocidad con la que se dan los contagios es, desde otro punto de vista, una prueba de que vivimos interactuando con numerosas personas, y se nos está demostrando a través de las privaciones producidas por el aislamiento y la separación, que la relación y los vínculos entre las personas son indispensables.

  Si pensamos en eso, podremos darnos cuenta de lo importante que es que los Yoboku demos un paso hacia la «ayuda mutua» como hermanos de todos. Debemos fortalecer aún más la conciencia de que nuestro papel es cumplir con la misión de extender al mundo entero la «ayuda mutua».

  Por ejemplo, a pesar de que no nos podamos reunir en la iglesia, podemos dar aliento por teléfono o conversar con cada uno de los que vienen a la iglesia. Si ya no podemos hacer las cosas como las hemos venido haciendo hasta ahora, sin falta existen otras maneras de llevarlas a cabo; solo debemos encontrarlas. En ese sentido creo que es una oportunidad para desplegar la «capacidad de guiar» de las iglesias.

  Además, dirigiéndonos a la sociedad, como los seres humanos tenemos la fuerza necesaria para superar esta dificultad, creo que es importante que nos esforcemos por unir fuerzas, es decir, que «seamos una fuente de vitalidad». Por ejemplo, el lema «One World One Family». Como el mundo entero es una gran familia, debemos ayudarnos mutuamente dejando de lado el recelo y el temor. Creo que podemos enviar este mensaje de ánimo y aliento a la sociedad a través de carteles o las redes sociales de la iglesia.

  Ahora, en medio del temor y la ansiedad, cada uno de nosotros debemos tener «un corazón pleno de alegría», «un corazón de salvar a los demás», de manera que, pase lo que pase, las personas puedan sentir: «Las palabras que recibimos de la iglesia nos dan tranquilidad». Por lo tanto, en primer lugar, quienes seguimos este Camino debemos pasarnos la voz con ánimo, darnos aliento entre nosotros y ayudarnos mutuamente en unión espiritual. Esta imagen se irá reflejando en la sociedad, y esta puesta en marcha se convertirá en un aporte para la salvación mutua de todos los hermanos y hermanas que formamos parte de este mundo.

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Para terminar, ¿explíquenos acerca de lo que debemos tener presente en medio de este gran nudo?

  Si pensamos en la gran velocidad con que esta situación avanza, es normal que nos preocupe cómo se presentarán las cosas dentro de un mes. Sin embargo, eso también es algo que está en manos de Dios Oyagami. Nosotros, que somos conscientes de ello, debemos tomar las cosas con optimismo. Por lo tanto, debemos ser prudentes en cuanto a nuestras palabras y actos para no incitar la angustia en la sociedad. Es por ello que en la Sede de la Iglesia estamos pidiendo a los fieles que se abstengan de acudir a las ceremonias mensuales.

  Cuando algo ocurre, se tiende a señalar a las personas del entorno y a buscar culpables. Pero si esa atención la volcamos a nosotros mismos, creo que podremos reflexionar de manera positiva. Pensemos nuevamente si es que no estábamos considerando como algo normal el que pudiéramos reunirnos en la iglesia para realizar el Tsutome y, a partir de ello, podremos reflexionar de manera positiva para esforzarnos por purificar más nuestro corazón y haciendo de este un motivo para que pueda salir un brote a partir de este nudo. Creo que podemos aceptar este gran nudo como el «momento oportuno para madurar espiritualmente». Debemos asentar en nuestro corazón que, como fieles, nosotros tenemos esa capacidad, por lo que debemos aprovecharla y sentir gratitud.

  Lo que cada uno de nosotros debe hacer es pedir seriamente por la estabilidad de la sociedad que actualmente está inmersa en el temor y la angustia. Y a partir de eso, apoyarnos sinceramente en el amor paterno-materno de Dios Oyagami y, evitando incitar la intranquilidad, determinémonos espiritualmente a dedicarnos a la salvación y avancemos con pasos firmes ayudándonos mutuamente como hermanos para así poder superar de manera positiva este nudo. Quisiera que seamos Yoboku que puedan transmitir palabras que brinden alegría y ánimo a las personas de nuestro entorno. El esfuerzo que se espera de nosotros los seguidores de este Camino consiste en dedicarse a ello.

(Tomado de la revista «Michi no Tomo» de mayo de 2020, publicada por la Editorial Doyusha)